Doom City, crónica de tres fulanos.

Hermanos hemos vivido un Festival de lo más loco, lleno de riffs, calor, mujeres bellas, mentadas y esperas largas, pero sobre todo mucha buena actitud y se los desmenuzo a continuación camaradas.

Todo empezó en pasado sábado 22 de Febrero, viajamos desde la ciudad del viento 3 personajes; un miembro de Rheä (Christian), el corresponsal Dexter (Beto el majadero) y su servidor Ramone y como buenos previsores que somos pasamos por una “apestosa” que todos nos hemos topado en algún viaje largo y que la gente muy acertadamente compra antes del abordar el autobús, la cuál advierte su presencia al llenar con su aroma todo, todo el bus; y que para algunos es una tortura si estas hambriento o mareado, el cuerpo decide como, aunque en esta ocasión decidimos ingerirla en el lugar denominado “El Chino” por el atraso de Christian que andaba trabajando, así que la espera dio chance de llenarme con esa legendaria “Verónica”, y su alto contenido calórico.

Abordamos y entre tanto y tanto digamos que forjamos lo que nos pondría en trance en algún lapso del día, la CDMX nos recibió con su efecto invernadero, lo que nos hizo sudar y sentir toda una experiencia sensorial al abordar el metro y recorrer sus pasillos. Ya en metro refinería con algo de tiempo a nuestro favor decidimos comprar unas bebidas en las tiendas que están invadiendo México y que por algún hechizo nunca abren más de una caja. Con bebidas en la mochila iniciamos la caminata hacia el recinto y aún no veíamos fauna Doomer lo cual nos preocupaba de haber metido la pata en a dirección, pero exactamente una cuadra antes vimos las tradicionales remeras que se venden fuera de cualquier respetable concierto, bandas como Candlemass, Hellhammer y Coven se veían dispuestas al público, fuimos a hidratarnos una calle atrás de la famosa fábrica de harina y de la nada empezaron a emerger los Doomers, Stoners, melómanos e inadaptados del sistema que se escudan en los riffs pesados como su servidor, así que llego la hora de entrada.

“…forjamos lo que nos pondría en trance en algún lapso del día…”

Mis camaradas se adelantaron al registrar su boleto, porque yo aún tenía que acreditar mis solicitud de prensa y como estaba establecido en el horario oficial, empezó el retumbar del averno con “Satánico Pandemónium” y sus riffs espexxxos acompañados de lamentos ocultistas narcótico influenciados; van a lo grande estos hermanos de lo oscuro, con una guitarra hipnotizante y un bajo denso, acompañados de los samples de horror que acompañan su stoner doom  de manera acertada, confundiendo a más de uno en las olas ultrasónicas que nos brindaron. A mi parecer la media hora que les dieron no les hizo justicia, pero ellos si la hicieron por el respetable, dejándonos con una estupenda introducción de lo que  son capaces de hacer estos amantes de lo obsceno, lento y distorsionado, dando cabida a que el festival iba a estar por demás excelente.

“…Satánico Pandemónium y sus riffs espexxxos acompañados de lamentos ocultistas narcótico influenciados…”

Les dejo acá a Satánico Pandemónium y su última entrega:

Algo que me sorprendió es que cuando esperaba el acceso y la acreditación de prensa, escuche algunos comentarios como “¿De qué es el evento?”, “Se oye bien denso”,” ¿Es metal?”, y eso porque hay restaurantes y demás cosas a las que el público en general tiene acceso, entonces me di cuenta que esas personas realmente no tenían idea que se estaba llevando a cabo un festival de tal magnitud, pero que sin duda se llevaron la incertidumbre del ritual al riff que se celebraba.

Ya sudados, salimos del escenario LSDR Records para las bandas nacionales recuperando la cordura después del trance que nos provocaron las frecuencias de Satánico Pandemónium y nos dirigimos al escenario principal en donde ya sonaba Tekarra, banda canadiense que trae un doom lento y simple; pero bastante atinado, con ciertos tintes de Drone ,en donde el calor de la tarde hacían beber cerveza a más de uno, y que con sus riffs y golpes de la batería nos hicieron mover la cabellera para recuperar el aire en ese espacio abierto. Su actuación fue enérgica, cosa que vi en sus rostros en donde el guitarrista se encontraba como tratando de rompernos los tímpanos con su braceo contundente, la voz nos hacia escuchar a los demonios en pleno día, dejándonos un buen sabor de boca para ser la primera banda internacional del día y que ya entre el respetable podías ver doomers, stoners, blackers y damas en sintonía con sus gustos oscuros que alegraban la vista en algún receso musical.

Les dejo acá su música:

“…el guitarrista se encontraba como tratando de rompernos los tímpanos con su braceo contundente…”

Regresamos a la mazmorra nacional no sin antes dar un rol por el lugar y ya estaban por comenzar los Malamadre, una poderosa banda de Mérida  que nos deleitó con sus riffs podridos y distorsión de frecuencias bajas, con claras influencias del Crust punk y el Black metal, y que vestidos en sudor, dejaron todo en el escenario saturando de auténticos “Slow  Nasty Riffs” a la receptiva audiencia, una presentación bastante respetable que demuestra que le han invertido pasión, tiempo y esfuerzo. Aplausos Malamadre.

Les dejo acá su música:

“…dejaron todo en el escenario saturando de auténticos “Slow  Nasty Riffs” a la receptiva audiencia…”

Nuevamente en el escenario principal ya estaban listos los 16, banda californiana ya veterana y pioneros en la escena de Estados Unidos desde 1992, y que el público recibió bastante bien, su actuación fue bastante auténtica y a pesar de que tuvieron algunas fallas técnicas que; afortunadamente el staff del Doom City Fest  supo solucionar en tiempo y forma, dieron un show excelente y enérgico, que llenó la fábrica de harina de auténtico Sludge en una tarde ya por demás encarrerada con pandilla ya entregada a la bebida y otros estimulantes.

Originarios de León, Guanajuato llegó al escenario LSDR Records; 33,  y sus cero pretensiones, brindando un show que inundo la sangre de los escuchas con un pogo disfrutable y que nadie puso una cara de queja porque era más que necesario, así como justo. Nos brindaron un clímax tal, como si  se tratará del mismísimo Jesucristo y su muerte a los 33 años, elevando a la tercer banda del escenario nacional a un punto magistral derrochando riffs, golpes contundentes y bajeos acompañados de gritos  el excelente power trío mexicano dio uno de los mejores y sinceros shows del festival hasta este punto hermanos, les dejo su música acá:

https://x33x.bandcamp.com/?fbclid=IwAR0XKd0V0O9BBBI309zW-brVDBEOAvAq3f2JDCqYE4mG8yGXY5uUPyi7h3I

“…como si  se tratará del mismísimo Jesucristo y su muerte a los 33 años, elevando a la tercer banda del escenario nacional a un punto magistral derrochando riffs…”

A este punto del festival me encontraba estimulado por los decibeles recibidos hasta ahora, un trance que me hacía ver todo con distorsión y calma combinados, una sesión de Doom que ni los más adeptos a la música altisonante están acostumbrados, y es lo que digo yo, a veces un riff es tan bueno que tienes que escucharlo más de una vez, tiene que ser hipnotizante y oscuro, visceral. Y a este punto me pregunto ¿Por qué es tan infravalorado? ¿Tan poco gustado? Incluso criticado por los oídos más severos de la música extrema, y mis preguntas fueron contestadas hermanos. Porque afortunadamente en la escena stoner/doom no hay pose, nos une el amor a la distorsión, la psicodelia, la oscuridad y al riff, no hay pretensiones en esta escena, no hay presunciones; y tal vez sea por esto que no les gusta a los “metaleros”, “trashers” o el mote tan famoso de los “trves”, en esto no hay pantalla, habla la música y la pasión, la humildad y calidez de la audiencia, las bandas, promotores y toda la fauna que está en esto hermanos, y si; saco un poco la frustración de mi ciudad que no apoya, critica y pone el pié al trabajo que todos los colaboradores de este su blog hemos realizado con mucho tiempo y plata invertidos en levantar esto, y la gran satisfacción que nos queda es que lo hacemos con pasión y al ver que un festival como este abre puertas no dudamos en apoyar u poner nuestro grano de arena camaradas. Ave Doom City!

“…un trance que me hacía ver todo con distorsión y calma combinados, una sesión de Doom que ni los más adeptos a la música altisonante están acostumbrados…”

Con la humildad y la actitud puestas sobre ellos como primer instrumento, se suben al escenario las leyendas de The Obsessed, demostrando que a pesar del tiempo, la edad y la distancia, cuando estás en algo por gusto y porque naciste para ello, se nota; brindándonos un show legendario, y vaya que ver a Wino atacar su instrumento fue para mí ver un verdadero ritual de mis influencias musicales en vivo; y verlo a él, alguien que yo considero un peso pesado del doom y del heavy  entre la audiencia desde la primera banda del festival, poniendo atención a las nuevas propuestas, tomándose fotos, conviviendo con el público fue para mí una muestra de esta unión que les digo que existe en esta marginada escena de prófugos del sistema. Dejaron un gran sabor de boca después de 25 años sin pisar México estos Obsessed y resumo su show a Pasión y Heavy Rock  visceral. Les dejo la galería y una pieza de estos monstruos:

Y así sin más llegó el cierre del escenario nacional con Fumata, una mazmorra atiborrada, sudor y altos decibeles se conjugaron en ese show, con un PA bien explotado a nivel alto, estos cavernícolas mexicanos demostraron de que están hechos poniendo la oscuridad como primer plano en sus letras, riffs contundentes en sus cuerdas y golpes de locura en sus percusiones, un show que voló la tapa de los sesos de la gran mayoría. Fuckin´Mad describo su show, te lleva al poder  alcanzando el clímax sonoro y desgarrador que sientes en las entrañas y aún así, buscar más y más.

“… te lleva al poder  alcanzando el clímax sonoro y desgarrador que sientes en las entrañas y aún así, buscar más y más…”

Mantar ya estaba armando todo para su presentación, esta banda alemana que hizo una excelente conexión con el público y nos brindo un show bastante enérgico y hasta cierto punto carismático, este dúo dio mucha vitalidad ya en la parte final del festival ya que eran los penúltimos  y que desde 2012 le andan pegando al sludge duro y macizo, aunque llegue a escuchar black metal, tintes de trash y por supuesto doom en su actuación en nuestro país, ellos terminaron su show usando unas máscaras de lucha libre, Hanno Klänhardt usaba una de “Blue Demon” y Erinç Sakaryauna del difunto luchador “La Parca” conectando aún más con su público mexicano.

Acá su música:

Para terminar la noche y con ello el festival, solo quedaba la espera para ver a Amenra, banda de Bélgica que en lo personal hermanos yo tenía mucho entusiasmo para verlos con su propuesta de Post Metal, que en realidad yo lo llamaría doom, doom puro.

Y la formación llegó y estaba lista, con un Colin H. van Eeckhout de espaldas al público, empezó el ritual sonoro que me dejo boquiabierto, no solo por el excelente sonido que tenían y la potencia de sus temas, sino por la entrega que cada uno le da a su presentación, algo desgarrador, brutal, melódico y pacífico, todo eso combinado en alto decibeles de distorsión y una voz que te hace sentir la verdadera naturaleza del sentir humano, llevándote a tope. Tres veces, solo tres veces Colin volteó a ver al público, y verdaderamente es un frontman que se traslada a los distintos momentos de su vida en que compuso sus canciones, no solo las interpreta, las vive en el escenario, las sufre y contagia sus sentimientos con un show desgarradoramente hipnotizante y que al terminar cada tema el recinto se llenaba con un silencio que denotaba que habían recibido lo que buscaban, las respuestas que una trae en el fondo y que Amenra nos brindó y no quedaba más que dejarse llevar y tema tras tema quedábamos satisfechos pero con ganas de más, te hacías adicto al ritual belga un show que ha valido toda la maldita pena presenciar hermanos, espero las fotografías que su servidor pudo capturar les describan un poco mejor lo vivido.

“… empezó el ritual sonoro que me dejo boquiabierto, no solo por el excelente sonido que tenían y la potencia de sus temas, sino por la entrega que cada uno le da a su presentación, algo desgarrador, brutal, melódico y pacífico, todo eso combinado en alto decibeles de distorsión…”

Ya para cerrar el choro, sin duda las inclemencias que nos hizo pasar la noche que tuvimos que sobrevivir en la central de autobuses valió toda la pena, y que ya en domingo llegando a nuestra ciudad Pachuca, me sentía satisfecho con los vivido, sufrido y aprendido hermanos, me gustaría leerles cómo fue su experiencia a una semana del Festival y que va para grande camaradas,hasta la siguiente entrega. Defend the Riff!

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